domingo, 10 de febrero de 2019

¿Pedir préstamo o desinvertirse?

Ante un gasto de gran importe, que no se pueda asumir con el fondo de reserva, tenemos varias opciones. En primer lugar podemos diferenciar entre un gasto esperado, como la celebración de una boda, o un gasto imprevisto, como la avería irreparable del coche. 

En el primer caso, podemos ahorrar para el gasto, sin invertir o invirtiendo en el producto adecuado dependiendo del tiempo que tengamos hasta el gasto.

En el segundo caso, en el que me voy a centrar en esta entrada del blog, podemos pedir un crédito o deshacernos de parte de nuestra inversión. También existen tantas soluciones como se nos ocurra de la combinación de las tres fuentes de financiación que disponemos: colchón de reserva, desinversión y pedir crédito.



En economía todo son números y variables. Voy a intentar enumerar todas las variables a tener en cuenta. Algunas son valores conocidos y otros son estimados. 

Valores conocidos:

- Interés del préstamo: podemos encontrar préstamos entre 6% y 7%. Dejémoslo en el 7%.
- Años del préstamo: depende de la combinación "cantidad que necesitemos" y "cantidad que podamos devolver al mes". Para simplificar, supongamos 5 años.
- Efecto del interés compuesto. Influye tanto para hacer crecer nuestra rentabilidad como para hacer crecer los intereses que pagamos al devolver un préstamo.

Valores estimados:

- Rentabilidad anual de la cartera. El índice MSCI World tiene una rentabilidad histórica anualizada del 9,28% desde 1969. Simplificando, dejémoslo en el 6% anual.
- Inflacción anual. En los 3 últimos años ha sido algo superior al 1%, En años anteriores ha habido algunos en los que ha rozado el 3%. Para simplificar, supongamos que es del 2%.

Empecemos la simulación de la forma más simple, aplicando la fórmula del interés compuesto:

CF = CI(1+r)n

Donde:

CF es el capital final, capital total que estamos pagando por el préstamo.
CI es el capital inicial, capital que nos dan al inicio del préstamo.
r es la tasa de interés anual expresado en tanto por uno, si es el 6%, 0,06
n es el número de años.

Si necesitamos 20.000 €, si pidiésemos un crédito, al final estaríamos pagando un total de:

20.000(1+0,07)5 = 28.051 € que suponen una cuota de 467 € mensuales.

Ahora metamos la variable de la inflación. ¿Cómo afecta? Pues intentaré decirlo de una forma simple, nos van a dar un dinero que tiene un valor y lo vamos a ir devolviendo con dinero que conforme pase el tiempo, tiene menos valor. Es decir, los 467 € de la primera cuota valen 467 €, y los 467 € de la última cuota valdrán la devaluación de la inflación durante 5 años de esos 467 €, en nuestro supuesto del 2 % de inflación anual, nos daría un valor de:

467(1-0,02)5 = 422 €

Por tanto, creo que podemos descontar la subida de la inflación del interés a pagar, de forma que si el interés es del 7% y la inflación es del 2%, nos deja un interés real estimado del 5%. Recalculamos:

20.000(1+0,05)5 = 25.526 €

que suponen una cuota de 425 €

Eso es lo que pagaríamos teniendo en cuenta una inflación teórica del 2% y con un interés del 7% TAE.

Ahora veamos lo que dejamos de ganar suponiendo que nos desinvertimos para sufragar el gasto. Volvemos a utilizar la fórmula del interés compuesto: 

20.000(1+0,06) = 26.765 €

Para recuperar lo que hemos retirado de la cartera, empezamos a realizar aportaciones periódicas a la cartera para recuperar los 20.000 € durante 5 años, pero si queremos recuperar los 20.000 € iniciales durante 5 años más la rentabilidad que hubiésemos obtenido, tendremos que aportar un total de 26.765 €, que suponen 446 € al mes

Ahora metamos el la simulación la inflación. En este caso en vez de restarla, debemos sumarla. Estoy retirando dinero con más valor del que voy a utilizar para reponerlo. La fórmula queda:

20.000(1+0,08)5 = 29.387 € que suponen una cuota de 490 € mensuales.

Vaya, soy yo el primer sorprendido. No pensaba que fuese mejor pedir un crédito, claro está, siempre que se cumplan los valores de rentabilidad e inflación estimados.

Vamos a elaborar una fórmula para calcular que compensa más de forma sencilla:

(Interés préstamo - Inflación) - (Rentabilidad esperada + Inflación) > 0 ==> Mejor préstamo
(Interés préstamo - Inflación) - (Rentabilidad esperada + Inflación) = 0 ==> Da igual
(Interés préstamo - Inflación) - (Rentabilidad esperada + Inflación) < 0 ==> Mejor desinvertir

Ya acabado el modelo matemático del mundo de cuento de hadas, donde las caben las suposiciones y se cumplen sí o sí, vamos al mundo real.

En el mundo real:

- La rentabilidad esperada no suele cumplirse, si te pilla un periodo bajista, te alegrarás de haberte desinvertido.
- La inflación tampoco tiene por qué ser la esperada, ni siquiera la oficial coincide con la real del día a día de cada uno de nosotros. También se supone que los sueldos crecen conforme la inflación para adecuarnos a los precios, pero no siempre es así. Si no nos suben el sueldo en unos años y desembolsar 400 € supone un 30% de nuestro sueldo, años después puede suponer el mismo 30% y tener el efecto contrario al que hemos descrito.
- Como todo en la vida, no es blanco o negro, hay múltiple tonalidades de grises. Podemos desinvertir parte de la cartera, recoger los beneficios, aquellas ventas que pensábamos hacer para invertir en otras, y en vez de invertir en otras, utilizarlo para este gasto extra.

Como conclusión del post, sigo sin saber si pediría préstamo o recogería beneficios. Seguramente recogería beneficios, si los hubiese, y pediría un préstamo para el resto, si fuese necesario, siempre teniendo en cuenta el interés.

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